Aunque con un cierto retraso, entre otras cosas, porque las fotos no han llegado todas las que se hicieron, y aún faltan, y por motivos estrictamente profesionales y personales, aquí se deja la crónica y fotografías (las que disponemos al día de hoy) de la Fiesta de Convivencia que tuvo lugar el día 17 de junio.
Empezó temprano la jornada, a las 7'30 horas, ya estabamos calentando, con los coches de apoyo y las bicicletas de nuestros amigos Javier y Joaquín, en la fuente del Poblado, lugar habitual de quedada de los socios para entrenamientos y viajes. Tuvimos la compañía de un atleta de categoría internacional, D. Miguel Angel Gamonal.
Allí, una vez preparamos las neveras con las bebidas y los hielos, así como la pequeña nevera que llevaba las chocolatinas, tuvimos que esperar a que llegase nuestro amigo Alberto Masa, el Ironman, que al venir de Cáceres, y darse el madrugón para estar con nosotros, le esperamos. Así, y una vez llegado, y tras realizar las fotos de rigor, sobre las 7'45 horas, los dieciseis componentes del club iniciaron la marcha de convivencia que este año se iba a desarrollar por territorio moralo. Así, tras atravesar la peatonal, silenciosa, muda, vacía, salimos a la Avenida de las Angustias y de ahí nos dirigimos a nuestro cordel, lugar de batallas matutinas de entrenamientos de los componentes del club, y abordamos el camino hacia la Piscina Municipal. A la altura del Camino de las Betillas, vimos una sombra blanca, que venía corriendo, no podía ser, no eramos los únicos, había alguno tan loco como nosotros. Llegó a nuestra altura era D. Fernando Alfonso, quien quedó maravillado del ambiente que llevabamos, los vehículos de apoyo, la música, y seguimos avanzando, dejamos atrás el Polígono Industrial, adentrándonos en la Dehesa Boyal, donde hicimos la primera parada para reagrupamiento y avituallamiento. De allí, marchamos hacia la Casa Matadero, camino de la Encina Grande, que ya, la pobrecita es, simplemente una sombra de lo que en su día fue, a la que la madre naturaleza le ha negado el derecho a seguir viviendo.