1 de agosto de 2012

FIESTA DE CONVIVENCIA

Aunque con un cierto retraso, entre otras cosas, porque las fotos no han llegado todas las que se hicieron, y aún faltan, y por motivos estrictamente profesionales y personales, aquí se deja la crónica y fotografías (las que disponemos al día de hoy) de la Fiesta de Convivencia que tuvo lugar el día 17 de junio.
Empezó temprano la jornada, a las 7'30 horas, ya estabamos calentando, con los coches de apoyo y las bicicletas de nuestros amigos Javier y Joaquín, en la fuente del Poblado, lugar habitual de quedada de los socios para entrenamientos y viajes. Tuvimos la compañía de un atleta de categoría internacional, D. Miguel Angel Gamonal.
Allí, una vez preparamos las neveras con las bebidas y los hielos, así como la pequeña nevera que llevaba las chocolatinas, tuvimos que esperar a que llegase nuestro amigo Alberto Masa, el Ironman, que al venir de Cáceres, y darse el madrugón para estar con nosotros, le esperamos. Así, y una vez llegado, y tras realizar las fotos de rigor, sobre las 7'45 horas, los dieciseis componentes del club iniciaron la marcha de convivencia que este año se iba a desarrollar por territorio moralo. Así, tras atravesar la peatonal, silenciosa, muda, vacía, salimos a la Avenida de las Angustias y de ahí nos dirigimos a nuestro cordel, lugar de batallas matutinas de entrenamientos de los componentes del club, y abordamos el camino hacia la Piscina Municipal. A la altura del Camino de las Betillas, vimos una sombra blanca, que venía corriendo, no podía ser, no eramos los únicos, había alguno tan loco como nosotros. Llegó a nuestra altura era D. Fernando Alfonso, quien quedó maravillado del ambiente que llevabamos, los vehículos de apoyo, la música, y seguimos avanzando, dejamos atrás el Polígono Industrial, adentrándonos en la Dehesa Boyal, donde hicimos la primera parada para reagrupamiento y avituallamiento. De allí, marchamos hacia la Casa Matadero, camino de la Encina Grande, que ya, la pobrecita es, simplemente una sombra de lo que en su día fue, a la que la madre naturaleza le ha negado el derecho a seguir viviendo.
Llegamos al cruce del camino que nos llevaba a la finca de Cerro Alto, pero giramos hacia la izquierda, transitando por la finca "El Peazo", lugar donde se plantan árboles de las más diversas especies. Y seguimos nuestra marcha. Y aquí, el primer "palo", llegamos a una finca, y tenía cortado el camino y tuvimos que rodear la finca entera. Sin duda, un contratiempo. Al final no signifió más de 1.500 metros de diferencia de lo previsto, pero no cabe duda que es una faena que los caminos, que se entienden son públicos, son cortados graciablemente por los propietarios de las fincas. Tras este tránsito, nueva parada, nuevo reagrupamiento, avituallamiento, solido y liquido, agua, isotónicas, plátanos, chocolatinas, todo muy natural, que ya habría tiempo más tarde de darle a otros tipos de alimentos y bebidas.
Proseguimos la marcha, con el sol empezando ya a calentar, atacando, y ante nosotros, manadas de vacas, de toros, con amenazantes cuernos, algunas y algunos se nos quedaban mirando, reagrupamiento de atletas que iban sueltos, para que los toros lo tuvieran más fácil o más díficil, vete tu a saber. Pasados estos intensos momentos, que nada tienen que ver con aquella aventura con los avestruces de otra edición, ya nos metimos en la finca del Espadañal, buscando ya el ir acabando. Ya en estos momentos, cada uno pedía avituallamiento líquido cuando le apetecía, y se montaba, enseguida, un grupo para el mismo menester. Antes de abandonar la finca, nuevo reagrupamiento, nuevo avituallamiento, y de ahi nos fuimos hasta la rotonda de Los Sauces, donde ya nos pusimos a descansar, y a deliberar la táctica de ataque, para terminar la prueba, bien ibamos por la Avda. de las Angustias, y el peatonal, hasta llegar a la fuente, o nos ibamos por la Ronda Sur, Avda. del Magisterio y salir a la fuente, como muchos domingos. Ganó la primera opción. Así que, sudados, bastante cansados, atravesamos el peatonal, la gente se nos quedaba mirando, ¿qué estarían pensando?, vete tu a saber. Y al final lo conseguimos. Hicimos casi veintiocho kilómetros, quedando la gente gratamente satisfecha de este recorrido y de su duración. Nuevas fotos, en grupo, en pareja, individuales, y cada uno a su casa para ponerse decente de cara a la Asamblea y Comida que tendría lugar unas horas despues.
En el siguiente enlace, acceso a las fotografías de la marcha.
Y así, ya acicalados, duchados, arregladitos y peinaditos, tras la Asamblea General, pasamos a la parte fuerte del día, la Comida de Convivencia, que tuvo lugar en el Restaurante de la ITV, donde ahí, seguro, que no nos gana nadie, y es que eso si que lo hacemos bien. Tras la comida, sorteo de regalos entre todos los asistentes, y entrega del IV Premio Navalmaratón en la persona de D. Luis González Sanz, así como placa de reconocimiento a Faustino García por haber realizado cincuenta pruebas de medio maratón.
Tras todos estos actos, se dió por concluida la temporada, y esperemos que para la próxima sigamos particiando en tantas o más pruebas que la que ahora finalizó, y con el mismo ambiente de amistad y camaradería que el vivido en la precedente.
Feliz Verano a todos, ¡ah! y no descánseis mucho, que los kilos se agarran pronto y se sueltan muy tarde.

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