Un reciente estudio, publicado en el “American Journal of Preventive Medicine”, añade nuevas evidencias científicas a las ya conocidas bondades del ejercicio físico. La conclusión del mismo es que el deporte ayuda a reducir hasta un 50% los síntomas de depresión.
Un equipo de científicos norteamericanos ha logrado demostrar que la práctica regular de ejercicio aeróbico (durante 30 minutos diarios, al menos tres días a la semana), disminuye casi a la mitad los síntomas de una depresión moderada. Según los resultados del estudio –publicados en la prestigiosa revista “American Journal of Preventive Medicine”- las personas deprimidas pueden experimentar una gran mejoría gracias a las bicicletas estáticas o las cintas para correr además, por supuesto, de mejorar su estado de salud general.
El estudio, realizado en la Universidad Southwestern deTexas (Estados Unidos), observó a 80 personas de entre 20 y 45 años con síntomas moderados de depresión, a los que dividieron en cuatro grupos que realizaban ejercicios de diferente intensidad.
Las personas que hicieron ejercicios aeróbicos de manera moderada o intensa -unos 30 minutos diarios, entre tres y cinco días a la semana experimentaron una reducción de sus síntomas depresivos del 47% después de 12 semanas. Entre quienes realizaron actividad física de menor intensidad tres días a la semana, los síntomas de depresión disminuyeron un 30% en ese mismo periodo, y en el grupo que efectuó ejercicios de flexibilidad durante 15-20 minutos el porcentaje fue del 29%.
Según los autores del estudio, esta respuesta positiva al ejercicio físico que experimentan los pacientes con depresión es comparable a la que producen los medicamentos antidepresivos o la terapia de comportamiento cognitivo. “La clave está en la intensidad del ejercicio. Para que sea efectivo es necesario practicarlo durante 30 ó 35 minutos diarios y entre tres y cinco días por semana, porque si se hace en menor medida el efecto es similar al de un placebo”, explica el doctor Madhukar Trivedi, director de la investigación. Se calcula que 150 millones de personas en todo el mundo sufren depresión, y que de ellas sólo un 23% busca tratamiento para esta enfermedad y únicamente el 10% recibe la terapia adecuada. Así, el ejercicio se convierte en un tratamiento alternativo para estos pacientes y, además –según los investigadores-, “se puede recomendar a casi todos ellos, porque no tiene efectos secundarios”.
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