Después de que el tristemente desaparecido Valeriano Lombardia se enfrentara y finalizara satisfactoriamente los 100 Km. de Torrelavega, allá por el año 1992. Después que en el año 2011 Raúl Martín Domínguez concluyese con éxito los 101 Km. de Ronda, y dos años más tarde lo hiciese Alberto Masa, hoy se han incorporado al club de los insensatos, de los locos o de los valientes, cualquier calificativo vale, cuatro compañeros más.
Y es que DAVID OLIVER CAPITAN, JUAN CARLOS ALONSO BAYAL, JAIME CARCEDO MORENO Y LUIS GONZÁLEZ SANZ, han concluido con éxito la prueba denominada CANAL DE CASTILLA ULTRA RACE, evento celebrado durante los días 3 y 4 de octubre, que unía las localidades de Palencia y Alar del Rey, o lo que es lo mismo, 107,4 Km de recorrido a lo largo del Canal de Castilla.
Más allá del tiempo, más allá de la posición, está el hecho, digno de tener en cuenta, de enfrentarse a una distancia tan exigente (más de dos maratones y medio seguidos), luchando contra un camino pedregoso, contra el cansancio, tanto físico como psicológico, y que han sabido vencer gracias a que han ido los cuatro juntos desde el comienzo de la prueba y hasta el final, haciendo labor de equipo, de compañerismo, ayudándose unos a otros cuando las fuerzas de uno flaquean, para que no se quedase atrás, animando a aquel que su cabeza le pedía la retirada, y enganchándole a la prueba, tirando de todos el que más fuerte se encontrara en ese momento.
Así, al fin, tras dieciséis horas de ir corriendo, andando, de parar para avituallarse y volver a retomar la carrera, consiguieron cruzar la meta de la que, sin duda, se constituirá en la prueba que jamás olvidarán, su mayor éxito, y de la que guardarán el recuerdo de tantas horas juntos, compartiendo su afición, llevando al límite sus cuerpos, su preparación, su entrega. Un buen saco de anécdotas, emociones, dudas y alegrías se traerán.
Han sido intensas horas las que los compañeros del club y amigos, desde la distancia, hemos vivido. Interesándonos por dónde iban, cuánto quedaba, cómo se encontraban, para, al final, al filo de las dos de la madrugada, recibir el mensaje que todo esperábamos: Habían conseguido alcanzar la meta, habían logrado el objetivo que les había llevado a la línea de salida en Palencia, y para el que se habían estado preparando desde hacía meses.
Con estas palabras daros las gracias por la demostración de fuerza, valentía y coraje que habéis hecho, y por demostrar que sin ese punto de locura que los corredores populares albergamos en nuestro interior, estas hazañas no se conseguirían.
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